Getafe y Athletic se repartieron los puntos en un partido de locura en el Coliseum Alfonso Pérez y en el que, probablemente, ninguno mereció perder y ambos merecieron ganar. Los de Quique Sánchez Flores se vieron por debajo en dos ocasiones por los goles de Iñaki y Raúl García, pero Aleñá y Munir confirmaron un merecido empate para los locales.
El partido fue divertido, con los que apetece comer palomitas. Ni el día, un martes, ni el horario, las 8 de la tarde, empañaron un espectáculo que a los dos minutos ya tenía la primera alegría. No había dado ni tiempo a que sonase el pitido del microondas con las palomitas cuando Iñaki Williams aprovechó una picadita de pura clase de Ander Herrera para definir ante Soria.
El centrocampista daba la razón al Txingurri, que le había dado su primera titularidad del curso. No definió nada mal el internacional con Ghana, quien también supo aprovechar el desajuste de la línea de tres que tanto gusta a Quique. El técnico, estupefacto en la banda, casi exigía a los chicos una reacción inmediata... y casi, casi, fue así. Fue animándose poco a poco el equipo azulón, empujado por su hinchada, y encontró el premio casi a la media hora.
En un centro al área de Damián, un semifallo (¿o genalidad?) de Ünal lo aprovechó Aleñá metiéndose como un cohete en el área y fusilando a Unai Simón con la zurda. Empate, locura en el Coliseum... y revoluciones al máximo. Un sinfín de amarillas reflejaron la enorme intensidad con la que se emplearon los 22, pero antes del descanso lo que se le quedó en la retina a los getafenses fue la ocasión que perdonó Mayoral, previo regalo del portero internacional español.
Zafarrancho tras el descanso
El Getafe salió del túnel no con energía renovada, sino multiplicada. Tal y como se marcharon al descanso, y con un poco más, los locales no especularon y salieron a comerse al león. A punto estuvieron de dar otro mordisco gigante gracias a un hiperactivo Ünal, pura pasión turca, con una chilena de escándalo que obligó a volar a Unai Simón.
Sin embargo, esa gasolina se evaporó en apenas 10 minutos. Poco a poco el Athletic, apoyado también en los cambios, fue encajonando al rival hasta la portería de Soria... y ahí se encendió la bombillita de Nico, que hasta el momento no había sido determinante. Arrancó la moto en la derecha, con dos quiebres dejó sentado a Juan Iglesias y su balón atrás lo remató como un jabato desde el suelo Raúl García, que acababa de salir.
Tiró de casta el Geta en los instantes finales, y su valor propició otro error que casi le cuesta caro a Unai. Se la jugó sacándola desde su área rasita, Mayoral le leyó las intenciones pero de nuevo se le apagó la luz. No supo definir, incluso teniendo a Ünal en posición ventajosa para regalársela. No era su día, pero sí el de Aleñá, que volvió a aparecer, esta vez desde el carril zurdo y regalando un pase brutal a Munir, uno de los refrescos de Quique, que definió con maestría en el área anotando su primer tanto de azulón.
Un broche a un partido más propio de 'partido de la jornada' (aquellos reservados para el domingo a las 21 horas) que sorprendió y nos hizo vibrar un martes.
