Osasuna toma ventaja en la carrera que llevará a La Cartuja. Los de Arrasate, arropados por un Sadar que batió su registro de asistencia, firmó el guion que deseaba. Ganar y llegar por delante al duelo definitivo de San Mamés.
Es la segunda vez en las últimas siete semifinales disputadas por el Athletic -cuatro de ellas consecutivas- que pierde el partido de entrada de una semifinal de Copa. Los leones solo mostraron alegría con la entrada al campo de Nico Williams, que aún renqueante tras un reciente esguince de rodilla demostró tuvo algún destello especial.
Había que buscar espacios para crear nerviosismo y evitar la sana tendencia a procastinar que suele aparecer cuando en una eliminatoria hay un partido de vuelta. El primero que lo intento fue Abde, queriéndose tirar de sorpresa. En su contra quedó que el partido acaba de empezar y el Athletic estaba bien plantado, aunque a Valverde había aspectos de lo que veía que no le gustaban. Por eso llamó a capítulo a Berenguer y Sancet, que eran los encargados de la primera presión y de organizar la creación.
Quizá abrumado por la altura del partido y puede que con un punto añadido de presión Osasuna pasó un mal rato al cuarto de hora. Herrera sacó con el pie un tiro de Berenguer que desvió Muniain y en el rechace Iñaki Williams embocó en la portería... en fuera de juego.
La jugada dio vida a Muniain. El capitán cogió la bandera y apretó a Osasuna, haciéndose protagonista y jugueteando con el balón de aquí para allá. Inquietó a Herrera con un disparo que se fue arriba ante la presión de Aridane y con ello enervó a la grada, que le dedicó varias pitadas.
Osasuna estaba lejos de la continuidad y sus pocas aproximaciones al área de Agirrezabala se contaban en acciones a balón parado, que siempre producen inquietud. La semifinal alcanzó el descanso con Vivian enseñando a Gil Manzano una herida de taco en la cara poco antes con buena parte de la grada cantando "no son de Lezama, son de Tajonar" cuando Sancet mandó al suelo a Torró tras una disputa.
La mejor noticia para el Athletic fue que Iñigo Martínez, que jugó su último partido en noviembre a causa de una fascitis plantar que le hizo ser baja médica desde el 2 de enero, ha vuelto a entrar en la rueda de Valverde y completó los 90 minutos.