El arranque de partido fue peligroso para el Getafe, que siempre estuvo en desequilibrio. El Athletic llegaba más, remataba más, tenía más balón, apretaba más. Pero no marcaba. Los siete primeros lanzamientos de esquina del Athletic respondían a un patrón secuencial, con un córner cada tres minutos. El balón vivía en el área de la Tribuna Norte, que era la que defendía David Soria. El portero mantuvo el tipo. Y es que semejante avalancha no se traducía en puntería. Soria estuvo atento para repeler un remate de Yuri y decidido para interponerse al rechace de Guruzeta. Poco más peligro hizo el Athletic hasta que pasada la media hora el equilibrio ganó a la insistencia.
El Getafe fue creciendo a partir de una arriesgada propuesta. De haber marcado Yuri o Guruzeta....Pero no lo hicieron. Así que le tocó al Geta acercarse al área y disponer también de sus buenas ocasiones. Hubo una espectacular tras remate de Alderete al saque de un córner que respondió con nota Agirrezabala. El internacional sub 21 estuvo a la altura de lo que demandaba la tarde.
Llegó el descanso con la inclinación del encuentro ya más pareja. La distancia sólo cantaba en la posesión de balón, en la que el Athletic doblaba al Getafe, pero los azulones habían intentando los mismos remates que los leones y, además, habían ganado más duelos en ataque que los de Valverde, con lo que a pesar de contar con menos llegadas las que hacían parecían más peligrosas.
El intermedio convenció al Getafe de que podía más y de que quizá San Mamés no era mal sitio para volver a ganar de visitante en LaLiga, algo que no ocurre desde octubre de 2022. Alargaron su parte del campo y provocaron errores en un Athletic que ya no era habitual del área de Soria. Llegada la hora de encuentro Valverde modificó el plan y cambió el dibujo. Entraron al verde Vesga, Sancet y Nico Williams, jugando entonces con Vesga de ancla y Sancet y Munian de interiores para acercar al gol a Iñaki, Nico y Guruzeta.
La remodelación la acusó el Getafe porque el Athletic mejoró en sus llegadas, que no en el acierto. Antes de que Quique echará mano de su gente del banquillo los rojiblancos se plantaron tres veces en el área azulona con balones jugados al espacio a partir de rápidas combinaciones entre los interiores. En el tramo final los sustos los dio el Getafe, sobre todo con una triangulación en la que participó el recién entrado Latasa que exigió a Yeray ir al suelo para evitar el remate de Mayoral.
