MartesPrimer plato: Sopa de calabacinesIngredientes:
2 calabacines pequeños
2 patatas
½ cebolla
Sal a gusto
Queso en crema
Agua o caldo de verduras
Cómo preparar una sopa de calabacines:
Vamos a empezar esta sopa de calabacines con el ingrediente principal, los calabacines. Los lavaremos bien, a este ingrediente normalmente se le suele conservar la piel, es muy finita y nos aportará su color y buenas propiedades.
Cortaremos los calabacines en trocitos más o menos iguales para que se cocinen a la vez. La forma no importará, al final de este proceso todos los ingredientes se triturarán creando una increíble sopa vegetal. Reservamos los calabacines mientras seguimos con la preparación.
Pelamos la cebolla y lo cortaremos en tiras. Ponemos un buen chorrito de aceite en la sartén y nos disponemos a pochar la cebolla. Le añadiremos un poco de sal para acelerar el proceso.
Cuando la cebolla esté blanda añadiremos los calabacines para darles un punto extra de sabor. Con los calabacines en el fuego, pelamos y cortamos las patatas. Las introduciremos directamente en la sartén para que se empiecen a cocinar.
Con un par de minutos sofriendo todos los ingredientes será suficiente, incorporaremos el agua o el caldo, deberá cubrir todos los ingredientes y dejaremos que se cocinen unos 20 minutos.
Pasado este tiempo la patata quedará lo suficientemente blanda para poder triturarla, prácticamente se estará deshaciendo. Rectificaremos de sal y pimienta, retiramos la sartén del fuego.
Ponemos todo en la batidora y lo trituramos lo más finito posible. Si queda muy espeso le podemos poner un poco de caldo. La textura deberá ser la de una sopa cargada del color verde del calabacín.
Serviremos en caliente y la acompañaremos de un poco de queso crema y de algunos picatostes de pan. Tendremos lista la sopa vegetal más rápida y deliciosa que existe.
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Segundo plato: Pechuga de pollo al horno5 recetas con pollo fáciles de preparar y deliciosas
pechugas de pollo al horno
GEMMA MECA 28/02/2021 21:00 ACTUALIZADO: 28/02/2021 22:28
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Estas pechugas de pollo al horno son la perfecta cena o comida saludable fácil de preparar. El horno es una de las herramientas que no usamos todo lo que deberíamos, nos permite crear recetas increíbles casi sin esfuerzo. La pechuga de pollo es una de las carnes con menos grasa y más proteínas. Perfecta si estamos a dieta o queremos cuidarnos un poco más. Podemos acompañar estas pechugas con unas verduras o con un poco de arroz. Si quieres cuidarte y disfrutar de una carne espectacular, toma nota de cómo preparar unas pechugas de pollo al horno en un abrir y cerrar de ojos,
Ingredientes:
500 gr de pechugas de pollo
4 ramitas de romero seco
1 cucharadita y media de orégano seco
8 dientes de ajo
1 vaso de vino blanco
1 cucharadita de ralladura de limón
2 limones
2 cucharadas de zumo de limón
60 ml de aceite de oliva virgen extra
Sal
Pimienta
Cómo cocinar unas pechugas de pollo al horno:
El pollo es una carne que no debemos dejar de incluir en la lista de la compra. Además de ser low cost, tiene una serie de buenas propiedades que lo convierten en una apuesta esencial en estos tiempos de dieta.
Usaremos las pechugas en esta receta, pero realmente podemos usar cualquier parte del pollo. Triunfará de todas las formas posibles.
Pediremos en la carnicería o comparemos directamente en el supermercado unas pechugas deshuesadas. Se cocinarán más rápidamente y quedarán de vicio.
La idea de que es una parte que queda seca se destruirá directamente a medida que probemos estas deliciosas pechugas, jugosas y deliciosas.
Con la carne preparada, deshuesada, le podemos quitar parte de la grasa en caso de tenerla. Nos ayudará a tener unas pechugas más ligeras.
Si queremos que se cocinen más rápidamente las cortamos a tiras, tardarán menos en estar listas y estarán igual de buenas.
Salpimentamos a gusto y preparamos las pechugas de pollo para que reciban una combinación de sabores increíbles.
Pelamos y cortamos muy finitos los ajos. Los ponemos en un cuenco para machacarlos o mezclarlos con un poco de romero seco.
Seguimos aromatizando la carne con el orégano. Para darle un punto cítrico, incorporamos la ralladura de la cáscara de limón.
Para que nos quede una salsa que cubra las pechugas con un sabor impresionante, añadimos el vino blanco y el aceite de oliva. Mezclamos bien.
Colocamos las pechugas de pollo en una fuente para horno. Vertemos la mezcla, untaremos bien las pechugas con estos ingredientes repletos de sabor.
Preparamos el horno, lo ponemos a 180º para que esté listo a la hora de recibir nuestras pechugas de pollo.
El hecho de que estén hidratadas con el aceite de oliva y el vino nos asegurará que tengamos unas pechugas jugosas y deliciosas.
Podemos reducir la cantidad de aceite de oliva si queremos que nos queden más ligeras. Es un alimento esencial para nuestra dieta, al hacerlas al horno, evitaremos que nos queden demasiadas grasas.
Con las pechugas de pollo podemos ponerle cualquier tipo de verduras o de guarniciones que nos gusten.
Unas patatas, lavadas y cortadas con piel tipo bastoncitos pueden ser un buen complemento de esta carne.
Quitamos las semillas de los pimientos, troceamos e incorporamos con las patatas para que le den sabor y color a esta guarnición.
Aquellas verduras que tenemos en la nevera y queremos utilizar en este topo de receta nos quedarán bien. La sencillez de estas pechugas hace viable cualquier tipo de guarnición que queramos ponerle.
Unos calabacines cortados en taquitos, una cebolla pelada y cortada en juliana e incluso una berenjena a rodajas, todo es posible.
Si incluimos las verduras simplemente salpimentamos y añadimos un poquito de aceite de oliva por encima.
Con todo listo nos quedará el último proceso, hornear estas pechugas y verduras. A 180º horneamos durante 15 minutos.
Será el momento de darle la vuelta a las pechugas para que nos queden perfectas por ambos lados.
Estar pendiente del horno será nuestra misión a medida que vamos cocinando las pechugas de pollo cargados de buenas sensaciones.
Al darles la vuelta a las pechugas tardaremos unos 15 minutos más en estar preparadas. Dependiendo del grosor o si las hemos cortado o no las pechugas pueden estar listas antes.
Las verduras quizás necesiten más tiempo, comprobamos su punto de cocción antes de retirarlas del horno.
De esta manera tendremos listas unas pechugas de pollo al horno sencillas y deliciosas. Este tipo de carne es esencial en cualquier dieta.
Cocinar las pechugas de pollo al horno nos servirá para descubrir que no tienen porque quedar secas.
Al contrario de lo que mucha gente piensa, las pechugas necesitan una cocción adecuada y un ingrediente como el vino blanco para quedar especialmente jugosas.
Atrévete a probar unas pechugas de pollo al horno que cumplirán las exigencias de los paladares más exigentes. Las podemos servir con mayonesa o kétchup.
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Postre: Mousse de nuecesIngredientes:
175 gr nueces
250 ml de leche
3 huevos
120 gr azúcar
15 gr maizena
2 láminas gelatina
250 gr nata montar fría
Caramelo líquido
Nueces (para decorar)
Cómo preparar una mousse de nueces:
Esta mousse es muy fácil de preparar y queda de vicio. Nos pondremos manos a la obra con las nueces. Las tostamos en una sartén, reservamos unas pocas para decorar.
Colocamos las nueces en el vaso de la batidora y las trituramos. Tendremos la base de una mousse con mucho sabor.
Ponemos las nueces con la leche en un cazo calentamos. Agregamos el azúcar. Esperaremos a que se funda del todo.
Batimos los huevos con la maicena. Esperamos a que se fusionen estos dos ingredientes, no debe quedar ningún grumo.
Esta mezcla de huevos y maicena la incorporamos al cazo, es mejor hacerlo poco a poco para que no cuajen los huevos.
Calentamos hasta que tenga el punto de espesor que estamos buscando. Por si sola esta crema de nueces ya es una maravilla, pero la vamos a convertir en una mousse de escándalo.
Nos faltará añadirle la gelatina a la crema para que tenga la textura que necesitamos, mucho más firme para que quede una mousse de profesional. Disolvemos la gelatina en la crema caliente.
Batimos la nata hasta esté lo más densa posible. Le incorporamos una pizca de sal para que se mantenga.
Incorporamos la crema a la nata. Haremos movimientos envolventes para que la nata no se baje del todo.
Preparamos los vasitos de presentación. Podemos ponerle en el fondo un poco de caramelo, colocar la mousse y decorar con las nueces y el caramelo.
Guardamos en la nevera hasta que sea el momento de presentarla. Con un poco de nata por encima y poco más tendremos listo un postre de restaurante. Atrévete con esta mousse fácil de preparar y realmente deliciosa.