España es un escándalo: a la final de la Eurocopa con el descaro de un sublime Lamine Yamal (2-1)
España jugará la final de la Eurocopa tras imponer su superioridad a Francia en un partido que empezó perdiendo y se sobrepuso con los goles de Lamine Yamal, magistral su liderazgo, y Dani Olmo
Qué maravilla es ser español! Disfrutar de una Selección que no tiene techo, que se atreve con todo. Sea quien sea el rival. Croacia, Italia, Alemania y Francia al hoyo. España se clasifica para la final de la Eurocopa en un partido que empezó con dificultades por el gol de Kolo Muani. Se sobrepuso con el liderazgo y la personalidad de Lamine Yamal. Un chico de 16 años pidió la pelota, quiso echarse el equipo a sus espaldas y marcó el gol del empate. Un golazo soberbio. Un tanto clave que espoleó a los compañeros, les ayudó a soltarse y perderle el respeto a Francia. Le dio la vuelta con el gol de Dani Olmo.
La España de Luis de la Fuente jugó un partido de equipo campeón. El título se decide en Berlín, pero la manera en la que compitió contra Francia le da más garantías en su objetivo de ganar la cuarta Eurocopa. La Selección empezó el partido con demasiado respeto y una defensa blanda, pasiva y frágil. Le costó un gol. Demostró que sabe competir en situaciones de presión, con jugadores jóvenes, con menos experiencia, pero con mucho descaro y talento. Lo de Lamine Yamal es un escándalo por su osadía, madurez y por demostrar que es un futbolista diferencial. La Selección supo, una vez más, ser un equipo. Todos juntos, solidarios e interpretando lo que mejor le venía en un partido de enorme presión.
España pudo con todo. Francia se plantó en el campo con un trivote (Tchouaméni, Rabiot y Kanté) y dos extremos (Dembélé y Mbappé). Un equipo cerrado, de acero, físico y con la idea de minimizar la verticalidad de España. Arriba salió con Kolo Muani. Tocaba tener paciencia, controlar el balón, no perderlo para evitar las transiciones y la velocidad de Mbappé y Dembélé. España amenazó primero con un centro de Lamine Yamal y un cabezazo de Fabián en el área pequeña. El balón se fue alto. La ocasión era clara. Perdonó España en el minuto 6.
La respuesta de Francia fue coger a España descolocada y lanzar un balón al espacio, a la carrera de Mbappé (jugó sin máscara). Llegó al cruce Jesús Navas. Rápido, atento, veloz. La primera acción del duelo la ganó el sevillano. La segunda la perdió y llegó el gol de Kolo Muani. Mbappé centró muy cómodo, Navas le marcó con la mirada, el francés puso el balón al área y Kolo Muani no perdonó. Remató solo, entre Laporte y Cucurella. Unai Simón no reaccionó. Francia, a los 8 minutos, castigó la pasividad defensiva de la defensa española.
El partido se complicó para España y para Jesús Navas, que tuvo que frenar a Rabiot en otra transición de los franceses con una falta. Vio la tarjeta amarilla. Más problemas para el lateral derecho en una fase de partido, llegando al cuarto de hora, en el que se veía más segura Francia. Reforzado su plan con el gol y convencidos de que la solidez y el juego directo eran sus mejores armas.
A España con el balón le faltaba ritmo y velocidad. No conseguía penetrar ni por las bandas de Nico y Cucurella ni por la de Lamine Yamal y Navas. Francia abrochó el equipo, compacto, agresivo y se dedicó a lanzar balones largos. Mbappé enganchó uno, se perfiló, disparó y el balón lo desvió Nacho. España, sin balón, sufría en el repliegue.
Jesús Navas, lesionado
Hasta que apareció Lamine Yamal en el minuto 20. En una versión de crack. De estrella. Lideró la remontada, le dio la vida a España con un magistral zurdazo. Pura calidad, todo personalidad. Colocó el balón en la escuadra de Maignan tras bailar a Rabiot. Al francés que puso en duda la categoría de este chico para un partido de tanta presión. Lamine Yamal jugó con este punto de extramotivación. Los grandes jugadores aparecen en los momentos difíciles y este chico de 16 años dejó su sello en un escenario grande.
España se envalentonó y llegó el segundo en una reacción fantástica. Cinco minutos después fusiló Dani Olmo en una jugada que nace en un centro de Navas y un balón rechazado que le llega y lo hace suyo con un enorme control. Recortó a Tchouaméni, le dejó como una estatua, disparó y el balón pegó en Koundé. Increíble la remontada, la fe que demostró España tras encajar el gol.
Se cayó la consistencia de Francia. La tiraron abajo la genialidad de Lamine Yamal y la calidad de Dani Olmo. El empuje y el descaro de dos futbolistas que asumieron la responsabilidad de acabar las jugadas, que se echaron el equipo a sus espaldas y encontraron la pegada.
España no dejó de atacar. Fabián probó desde lejos con un disparo. Mostró que es un equipo valiente y ambicioso. Mejoró el sistema defensivo, el repliegue de jugadores, las ayudas para anular a Mbappé y a Dembélé. La contundencia de Laporte y Navas para ganar balones colgados al área. Morata ayudando en defensa en las jugadas a balón parado de Francia.
Mbappé, desaparecido
El partido se fue al descanso con una España que fue de menos a más y asustó a una Francia fiel a su estilo: rácana. En el inicio del segundo periodo, España siguió atacando, buscó la profundidad de Nico Williams, batalló en defensa, mostró compromiso y le puso intensidad. Cerró bien los espacios a un gris Mbappé. No conseguía desbordar. Probó con un disparo flojo. Francia buscó el peligro a balón parado. Ganó el duelo Tchouaméni en un remate de cabeza tras un córner. Blocó el balón Unai Simón. Llegó una mala noticia. Se retiró Jesús Navas, lesionado, y salió Vivian. Nacho pasó al lateral derecho. A vérselas con Mbappé.
Deschamps metió a Griezmann, Camavinga y Barcola por Kanté, Rabiot y Kolo Muani. A Francia le tocaba asumir riesgos, que sus estrellas aparecieran, la inspiración de Griezmann. España supo manejar los tiempos del partido, el ritmo, el control con las asociaciones, los balones largos para sorprender desde atrás. Entendió que había que cerrarse, dormir el juego, hacerse compactos y no darle espacios a los franceses. Barcola le metió una sexta velocidad en una acción individual que fue anulada por las ayudas defensivas de Lamine Yamal a Nacho. Mbappé se fue a la posición de delantero centro. Chocaba en la muralla de España.
Luis de la Fuente hizo un doble cambio para refrescar al equipo, meterle piernas y energía. Oyarzabal por Morata y Mikel Merino por Dani Olmo. Morata no generó peligro en ataque, pero se sacrificó en defensa, luchó, presionó e incordió. Deschamps quemó otra bala. Quitó a Dembélé y metió a Giroud. Otro delantero centro para conseguir el empate. Un revulsivo para arrinconar a España.
Volvió a aparecer el descaro y la calidad de Lamine Yamal con un disparo que buscaba la escuadra. Pudo hacer el tercer tanto en otra gran acción de liderazgo. No acertó. Como tampoco lo hizo Mbappé en una acción que ganó por velocidad y disparó alto. Lamine Yamal acabó con una tarjeta amarilla para frenar una acción de contraataque en el descuento. Un chico joven, pero con tablas. España fue colosal. Jugará su quinta final de la Eurocopa.