Los gatos son animales carnívoros que requieren de una dieta rica en proteínas procedentes del tejido animal. No necesitan grandes cantidades de hidratos de carbono como contienen algunas frutas. Es el caso de las fresas, cuyo alimento no es recomendable para los felinos pese a su gran valor nutricional y los beneficios que aporta a la salud del ser humano.
Sin embargo, si ofreces pequeñas cantidades de fresa a tu gato, siempre de manera ocasional y moderada, podrá obtener algunos de los beneficios del consumo de esta fruta. Debes tener en cuenta que su alimentación ideal se basa en la comida comercializada para gatos, ya que es su alimento más adecuado porque le proporciona todos los nutrientes que necesita a diario, facilitando que se mantenga sano y con vitalidad.
Para descubrir si los gatos pueden comer fresas, los beneficios del consumo de esta fruta en el animal, sus contraindicaciones y cómo dárselas de la forma más adecuada, en unCOMO te recomendamos que sigas leyendo este artículo.
¿Los gatos pueden comer fresas o no?
Las fresas no son un alimento tóxico para los gatos. Es decir, pueden comerlas sin que les provoquen algún daño en su organismo o una posible intoxicación. Esto no significa que las fresas sean un buen alimento para los felinos, ya que no están acostumbrados ni su cuerpo está preparado para ingerir alimentos como las fresas, que son ricos en hidratos de carbono.
Son animales estrictamente carnívoros por naturaleza, obteniendo los macronutrientes y los micronutrientes a partir de la carne de presas que cazarían en la naturaleza. En los felinos domésticos o gatos actuales, esta alimentación equivale al pienso o la comida húmeda basada en proteína de origen animal. Contienen valores nutricionales muy alejados de los que aportan las fresas.
También es importante destacar que los gatos no tienen la capacidad de saborear el dulce, por lo que no son capaces de degustar el dulzor de las fresas, así como el que contienen otras frutas y alimentos dulces. Por ello, no son uno de sus alimentos predilectos, aunque es cierto que a algunos mininos les suscita interés y disfrutan comiendo trozos pequeños de fresas.
En definitiva, los gatos pueden comer fresas, pero de forma moderada, en pequeñas cantidades y de manera ocasional para obtener sus beneficios, ya que no se trata de uno de los alimentos imprescindibles en su dieta.
Beneficios de las fresas para los gatos
Las fresas contienen múltiples beneficios debido a sus propiedades nutricionales y los gatos pueden obtener algunos de ellos mediante un consumo moderado. Son una fruta con una gran cantidad de agua en su composición, favoreciendo de esta forma la salud renal y la correcta hidratación del animal, ya que los mininos tienden a beber poca agua y a tener algunos problemas de deshidratación.
Al ser una fruta rica en vitaminas y minerales, las fresas aportan más beneficios gracias a estos nutrientes. Los principales nutrientes hallados en este alimento son los siguientes:
Vitamina B9
Vitamina C
Potasio
Magnesio
Taninos
Cobre
Lecitina
Magnaneso
Pectina
Flavonoides (fisetina)
De este listado de nutrientes, cabe resaltar el aporte de vitamina C y la cantidad de potasio que contienen las fresas, ya que es importante para reducir la tensión arterial. Otro de sus beneficios es que ayudan a disminuir el riesgo de desarrollar problemas de visión relacionados con el envejecimiento. También protegen del daño oxidativo gracias a su contenido de antioxidantes.
No obstante, las fresas carecen de proteínas y todavía menos de tejido animal, por lo que resultan un alimento totalmente prescindible para los gatos, ya que no pueden aprovechar mucho sus beneficios nutricionales.
Contraindicaciones de las fresas para los gatos
Pese a no ser una fruta rica en azúcares, tiene bastante para estos felinos. Por ello, deben consumir fresas muy esporádicamente, siempre y cuando le gusten a tu gato. Estas son algunas de las contraindicaciones de este alimento para los mininos:
Si tienen sobrepeso u obesidad.
Si son diabéticos.
Si tienen caries o han tenido alguna.
Pese a ser poco frecuente, algunos gatos pueden sufrir reacciones alérgicas tras la ingesta de fresas, manifestando efectos secundarios como los siguientes:
Dificultad respiratoria
Urticaria
Tos
Vómitos
Sibilancias
Estornudos
Además, tu gato puede sufrir problemas estomacales, diarrea o heces blandas debido al efecto laxante de las fresas, sobre todo si le ofreces una cantidad excesiva. También debes tener cuidado y evitar que las hojas de esta fruta no toquen la nariz ni los ojos del animal, ya que este contacto podría producirle una reacción alérgica debido a sus efectos irritantes.
