
Porciones: 4 Deberes: 10 minutos Cocinar: 35 minutos Total: 45 minutos
Ingredientes:
8 muslos de pollo (con piel y hueso)
Sal kosher y pimienta negra recién molida
1 1/2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
8 dientes de ajo, rallados o picados finamente.
3 cucharadas de mantequilla sin sal
2 cucharadas de perejil finamente picado, para decorar
Instrucciones:
Precalienta el horno a 200 °C. Coloca la rejilla en el centro. Seca los muslos de pollo con papel absorbente (esto ayudará a que queden crujientes al cocinarlos). Sazónalos generosamente con sal y pimienta negra.
Calienta el aceite en una sartén grande de hierro fundido a fuego medio.
Cuando esté caliente, pero sin humear, añade el pollo con la piel hacia abajo y séllalo, girándolo solo de vez en cuando, hasta que la piel esté dorada y crujiente, unos 5-6 minutos.
Dale la vuelta con cuidado cuando la piel esté crujiente y apaga el fuego.
Con una cuchara, retira con cuidado toda la grasa de pollo, dejando solo dos cucharadas. Incorpora la mantequilla y el ajo.
Coloque la sartén en el horno y hornee durante 25-30 minutos hasta que el pollo alcance una temperatura interna de 165 grados F.
Retire con cuidado la sartén del horno, coloque el pollo en una fuente, vierta un poco de la salsa de mantequilla y ajo sobre cada muslo de pollo y adorne con perejil.